Ni Villarreal ni Levante salieron contentos con el punto que se repartieron en Castellón. Unos porque siguen abajo en la tabla, sin ganar desde hace demasiado y con su entrenador rozando el despido. Los de Paco López, porque vieron escapar dos puntos en el tiempo añadido por un gol de Pedraza que, en vista de las ocasiones, puso justicia.
Porque al Villarreal solo le penalizó su falta de pegada. Mejoró sus prestaciones, tuvo incluso minutos de buen juego, pero este Levante es una roca al que también le sonríe la suerte cuando toca. Paco López ha dado con la tecla y su equipo suma 13 puntos de los últimos 15, cifras que le mantienen entre los mejores del campeonato.
Movió su once Calleja y la gran esperanza llegó desde la cantera. Samu, que ya marcó en el choque copero ante el Almería, fue el mejor de los locales. Encaró, hizo temblar a la zaga granota y fue un impulso para un equipo diezmado en su fe. Que se lo digan si no a Gerard Moreno, una sombra del delantero que conquistó corazones a base de goles en el Espanyol.
Enfrente, un Levante reconocible al que cuesta un potosí hacer gol. En la primera parte, Trigueros y Toko Ekambi pusieron en aprietos al Levante, que encontró en Roger la fórmula para variar la tranquilidad de Asenjo. En el 23', un remate franco del delantero fue a parar a las manos del guardameta cuando su posición era inmejorable.
Entre tarjeta y tarjeta se escapó la primera mitad, que dio paso al carrusel de ocasiones del Villarreal en la segunda. Cuando las cosas vienen mal dadas, resulta difícil salir del agujero. Con Samu como resorte en ataque, fue Gerard Moreno el que no definió por un mal control delante de Oier. Después, Borja Mayoral -que volvió a ser suplente- obligó a Asenjo a ganarse el sueldo con una parada ágil a un potente chut.
La imagen de la desesperación castellonense la dibujó Fornals, que pateó el poste tras perdonar, con un cabezazo y un derechazo de interior, dos ocasiones que en un buen día van a la jaula. Salió con vida del aprieto el Levante, que se encontró en el 77' con un premio inesperado. Cabalgó Morales, centró y Funes Mori, en su intento por despejar, batió a Asenjo.
Quedó tocado el Villarreal, pero sacó corazón para dar una vida extra a su entrenador. Tras una nueva ocasión de Samu, Ekambi peinó para Pedraza, que vislumbró su carril zurdo sin oposición alguna. De ahí al área, de su zurda a la red. Un gol celebradísimo que mereció el Villarreal y que dejó al Levante a dos minutos de un nuevo triunfo.