Es incomprensible lo que le pasa al Villarreal. Da igual en La Cerámica, que lejos de su estadio. No sabe cerrar los partidos, y comete unos errores que son muy difíciles de explicar o justificar.
En Moscú se vivió un partido con demasiadas similitudes al de hace dos semanas contra el Rangers, con un Villarreal mejor que su rival, siendo empatado cada vez que se adelantaba en el marcador.
Aquí ocurrió prácticamente lo mismo, hasta la recta final de partido. Se notaba que había más temor a perder que ganas de ganar, pues ni Spartak ni Villarreal arriesgaron lo más mínimo en los primeros compases.
Marcó un poco la diferencia Samu (Samuel Chimerenka Chukwueze), pues con su juventud y atrevimiento dio un poco de chispa al ataque 'groguet'.
El Villarreal, con el paso de los minutos, fue yendo a más, aunque eso no privó al Spartak de probar a Andrés Fernández. En el 12' Zobnin hizo que el veterano arquero del Villarreal demostrase sus virtudes, y éste respondió, aunque la jugada estuviera invalidada por fuera de juego.
Acto seguido, el gol. Buena jugada del Villarreal que culmino con un pase al área para Toko Ekambi. El delantero del Villarreal se revolvió en el área y logró sacar un remate a la escuadra, imposible para Maksimenko.
El Villarreal se adelantó en el marcador y retrasó sus línes en el campo. No aprovechó el bajón anímico que supuso el tanto para un Spartak demasiado preocupado por sus problemas en el campeonato doméstico y en su propio vestuario.
Empezó el Spartak a merodear el área del Villarreal con asiduidad, y no tardó en llegar el gol. Verdadero peligro apenas llevó ninguno de sus ataques, pero no hizo falta.
Un córner botado en corto y un centro directo a la mano con la que Fornals saltó en alto por razones que sólo él sabe bastaron para que el Spartak se pusiera por delante, al convertir Zé Luís el penalti.
Terminó el primer tiempo con otro intercambio de ocasiones, y el segundo empezó con un ritmo frenético. Con el Villarreal convencido de que este partido lo podía ganar.
Pablo Fornals enmendó su error en el penalti haciendo el segundo. Se aprovechó de un error de la zaga del Spartak y fusiló a Maksimenko tras una asistencia involuntaria de Fernando.
Y de nuevo, la historia de antes. Pero ahora, con doble castigo. Se replegó el Villarreal, empezó a atacar el Spartak y, aunque Calleja trató de cerrar el partido con pólvora (Gerard Moreno) y control (Santi Cazorla), fue el Spartak el que se llevó el premio del gol.
Había entrado Hanni para el Spartak en el minuto 69, justo después de que a Melgarejo le anulasen un gol por fuera de juego. Y el argelino puso patas arriba el partido.
Al susto de Melgarejo le siguió el tiro al palo de Hanni, y el Villarreal entró en pánico. Las dudas en defensa dieron paso a grandes facilidades, y así, Zé Luís pudo empatar de nuevo el partido con un cabezado ante Pedraza y Víctor Ruiz.
Era el minuto 82, y el Villarreal empezó a pensar que mejor un punto que nada. Y por poco fue nada. En el 85' Hanni volvió a toparse con la madera, pero esta vez el rebote lo recogió Melgarejo, e hizo el tercero para deleite de una hinchada que no dejó de animar en ningún momento a los suyos.
El Villarreal buscó casi a la desesperada el gol que volviera a igualar la contienda, porque ahora sí que era mejor uno que cero. Y en el último minuto del tiempo de añadido, el milagro.
Un agarrón que en directo pareció clamoroso sobre Funes Mori, pero que visto después no parece tan grave, permitió que Santi Cazorla, 725 días después de la última vez, se reencontrara con el gol.
Convirtió el penalti y rescató, más que 'in extremis', un punto que sabe a muy poco para un Villarreal que estuvo sumando tres durante gran parte del encuentro, pero que ha de darse por satisfecho de no haberse vuelto de Rusia sin recompensa alguna.