La afición regresó al Monumental para disfrutar de un 'Superclásico' con todas las letras. 36.000 personas vieron un partido marcado en rojo en el calendario de cualquier hincha del fútbol argentino, pero al final dejó mucho que desear por la diferencia de situaciones en la tabla.
En un 'Superclásico' puede pasar cualqueir cosa, si bien River llegó siendo favorito sobre el papel y los pronósticos se cumplieron. El 'Muñeco' hasta sorprendió con la entrada de Simón en vez de Carrascal y la apuesta le salió redonda.
El choque comenzó con la temperatura normal, alta por supuesto, de un 'Superclásico'. Pasó de todo en una primera mitad, básicamente porque el partido se redujo a 45 minutos, La segunda mitad no hubo prácticamente fútbol, pues fue un mero trámite a la espera del pitazo del árbitro.
Tal fue la tensión del inicio que se vieron cinco amarillas en menos de media hora, incluida una tarjeta roja. González pegó un pelotazo a Palavecino y eso originó el primer rifirrafe del 'Superclásico'. Enzo Pérez inauguró la lista de amonestaciones.
En un minuto, Marcos Rojo vio dos amarillas y enfiló el túnel de vestuarios por una expulsión de lo más discutida. El defensa de Boca entró abajo a Brian Romero, pero antes de golpear al jugador de River encogió las piernas. Las repeticiones dejaron dudas, las que no tuvo el colegiado. Solo unos segundos después, Rojo barrió a Palavecino y se cargó el 'Superclásico' porque su expulsión marcó todo la cita.
River sacó partido a la superioridad numérica gracias a un gran Julián Álvarez, que se convirtió en el protagonista con un doblete. El delantero abrió el marcador con un zapatazo desde fuera del área que provocó la locura en un Monumental que disfrutó de la superioridad ante Boca.
Antes del final del primer tiempo, Rossi falló en el saque, el balón le llegó a Simón en profunidad y este se la puso a Álvarez solo para empujarla a la red. Ahí murió Boca.
Boca lo intentó con poca producción ofensiva, y no supo cómo poner en aprietos a un River que estuvo muy cómodo y tranquilo desde la vuetla de vestuarios.
Rossi tapó el tercero de Carrascal y una media chilena de Angileri se fue a la madera. Al final, Boca maquilló con un regalo de Armani, que puso unas manos de mantequilla al cabezazo de Zambrano. Boca se borró de un 'Superclásico' que duró 45 minutos.