Los capitanes de ambos equipos cogen un huevo de cada color, normalmente similar al de la equipación, y prueban a romper el del rival en lo conocido como la 'batalla de los huevos de Pascua'.
Mediante este sistema se elige el lado en el que jugará cada conjunto, además del saque de inicio. En este caso, el cuadro visitante acabó ganando el sorteo al romper el huevo del jugador de la izquierda.
La Semana Santa búlgara no coincide en fecha con la católica (de hecho, ellos la llaman 'Strastnata Sedmitsa'). Y, asimismo, el vencedor de esta curiosa lucha, según la tradición, gozará de una buena salud y fortuna el resto del año.