Y es que Jung, aunque de forma involuntaria, mandó al hospital a Ji-Soo Hwang durante un partido de la Liga coreana.
Ambos pugnaban por un balón cuando Jae-Yong, mirando hacia arriba a la espera de la caída de la pelota, lanzó la pierna, que terminó en la cara de su rival, que también andaba buscando el esférico.
Los diagnósticos confirmaron la rotura del tabique nasal que sufrió el futbolista, que abandonó el césped sangrando de forma abundante tras la brutal patada.