Y es que, el cancerbero del Brighton protagonizó una de las cantadas más innecesarias de lo que llevamos de 2017...
Con un 1-0 en el marcador, el guardameta le regaló el segundo gol al Nottingham Forest al tratar de realizar un par de toques inútiles dentro de su área en vez de despejar de primeras un pase comprometido de un compañero.
En el segundo toque, el balón se le escapó y quedó franco para que Osborn, el delantero rival, rematara de primeras. Sin duda, un gol tan innecesario como cómico: