Una decepción de otra galaxia

Ese tráiler espectacular que te hace pensar: "Seguro que es un peliculón". A veces, tras acudir al cine, te vas con buen sabor de boca. Sin embargo, de manera habitual, esa superproducción que te vendieron tan bien en poco más de minuto y medio acaba siendo una aberración de Serie Z. Algo similar pasó con el PSG en su estreno en la Champions League 2021-22 ante el Brujas. El estreno de su trío de ases, por primera vez junto sobre el césped, hacía pensar en mil diabluras, pero lo cierto es que resultó ser un espectáculo vulgar en el que la derrota francesa flotó durante muchos minutos en el ambiente.

Con el tridente formado por Messi, Neymar y Mbappé acaparando la atención en su primer 'show' conjunto, el Paris Saint-Germain, que tiene la máxima competición continental entre ceja y ceja, salió dispuesto a dominar y demostrar que está en el puñado de equipos a los que se puede considerar favoritos para reinar en Europa.

El cuadro de Mauricio Pochettino comenzó con el dominio del esférico y una presión intensa. Hasta Messi corría en campo rival para tratar de recuperar el esférico. El Brujas, quizá impactado por el tremendo monstruo que tenía frente a él, comenzó con ciertas dudas, pero el paso de los minutos le envalentonó y comenzó a pensar que su rival era mortal.

Este pensamiento vino acompañado de un adelanto de sus líneas y una presión alta que incomodó a un PSG en el que Mbappé llevaba la voz cantante. El '7' era el más activo del tridente y de sus botas nació el 0-1. Tras una gran acción por banda izquierda, el galo recortó a su defensor y puso un centro raso que fue todo un caramelo para que Ander Herrera pusiera el 0-1.

La valentía del Brujas saca los colores al PSG

La apertura de la lata por parte del español propició unos instantes en los que el equipo parisino pudo sentenciar el duelo. El propio Mbappé, previo pase de lujo de Messi, tuvo el 0-2, pero Mignolet realizó una parada que reactivó a sus compañeros. De hecho, poco después de esa intervención, el equipo belga encontraría una recompensa a su valentía.

Y es que en el 27', tras una bonita acción combinativa por banda izquierda, Vanaken fusilaba a Navas tras llegar al área desde atrás para poner el 1-1. La reacción del PSG al tanto fue inmediata, pues en la siguiente acción apareció Leo Messi para hacer un típico tiro de los suyos. Paralelo a la frontal, el argentino sacó un tiro con comba al palo largo, pero la cruceta evitó su primer truco de magia en su nuevo club.

Sin embargo, al contrario que con el 0-1, esta vez el Brujas no dudó. El equipo local veía al PSG como a un igual y, sin un ápice de respeto, buscó con descaro la portería de un Keylor Navas que evitó en diferentes ocasiones un 2-1 que, aunque sorprendente sobre el papel, hubiera sido lógico visto lo visto.

El descanso llegó con el 1-1 y, además, otra mala noticia para el equipo de París, pues Mbappé, tras una tarascada de Nsoki, tuvo que ser atendido y se marchó renqueante a los vestuarios. Un problema que, en la reanudación, fue a peor. Y es que en otro encontronazo entre los mismos protagonistas, el '7' volvió a caer al suelo y, tras quejarse de su pie, pidió el cambio.

Y tras la lesión de Mbappé, sin noticias de Messi ni de Neymar 

Icardi entró por él y el tridente galáctico se quedaba sin su hombre más activo y determinante en la noche europea. Los focos ahora apuntaban a Messi y Neymar. La ex dupla del Barcelona debía sacar las castañas del fuego en el estreno, pero el paso de los minutos en el segundo tiempo traían únicamente decepción.

Ninguno de ellos conseguía hacerse con las riendas y, lejos de dominar, las sensaciones eran cada vez peores para un PSG que sufría de cierta manera ante el empuje de un Brujas en el que Mignolet, ante el buen hacer de su zaga y del centro del campo, permaneció como un espectador de lujo sobre el césped del Jan Breydel.

Los aficionados en las gradas, que comenzaron pidiendo clemencia a Messi, veían posible dar la sorpresa. Lang tuvo una chilena para ser el héroe del año, pero su acrobático remate no encontró portería. En mitad de la decepción, el recién ingresado Nuno Mendes se transformó por unos instantes en Jordi Alba y, tras una carrera por banda izquierda,  le sirvió un caramelo al '30' que otrora hubiera anotado, pero en esta ocasión se marchó a las nubes.

Al cielo también se marcharon los minutos finales, acompañados de un arreón por vergüenza torera de un PSG que volvió a decepcionar en la escena continental y se complica la vida en un grupo en el que Manchester City y RB Leipzig son dos amenazas más que serias para un proyecto estelar que, de momento, no brilla.