El libro de excusas de Mourinho empieza a tener más lomo que altura. El técnico del Tottenham ya ha empezado a allanar el camino por si este desembocase en desastre. Una semana ha necesitado para empezar a quejarse de algo. Del calendario, por ejemplo.
Está a punto de reforzar su equipo con dos fichajes de altura como Bale y Reguilón, pero Mourinho prefiere cubrirse las espaldas ante la prensa con sus habituales excusas.
Al Tottenham le tocará jugar un máximo de nueve partidos en 22 días, entre Premier League y Europa League, siempre y cuando no descarrile en esta última antes de tiempo, claro.
Mou ha encontrado en ese calendario tan comprimido la excusa perfecta para quejarse y poder quedar como la víctima en caso de que algo salga mal.
Aunque, bien visto, razón no le falta. No son solo nueve partidos en tres semanas, son los desplazamientos. "Es un chiste, un auténtico chiste. El sábado estaremos en Southampton, el miércoles volaremos a Macedonia y así sucesivamente", espetó, antes del duelo contra los 'saints'.
"Es bastante dramático, pero quiero estar en esta competición, así que lucharemos hasta que podamos", añadió, refiriéndose a la Europa League, al tiempo que dejaba la puerta abierta a la posibilidad de una temprana eliminación. Eliminación que, por supuesto, no sería su responsabilidad. Sería del calendario, claro está.