En el fútbol se vive del presente, del trabajo, de la constancia y, claro está, de la suerte. Cualquier lesión importante es una alarma que suena y resuena con la intención de activar una cuenta atrás hacia la recuperación total. Esta vez hablamos con Néstor Díaz, un guardameta que ha recorrido un buen puñado de filiales y que llegó a debutar en Primera División.
A sus seis años se colocó por primera vez unos guantes. En el fútbol base tuvo sus primeros contactos en el fútbol defendiendo la camiseta de clubes como el Rubí o el Almería, en el que llegó a ascender a la Liga Nacional con el juvenil preferente.
"En mi primer año de senior fui a la Ponferradina, que en principio yo iba al filial y subí a entrenar con el primer equipo hasta que debuté en Segunda División B y ascendimos a Segunda ese mismo año. Fue un gran año, así de ahí salió una oferta del Sevilla, me ofrecieron dos años con el Sevilla C e hice toda la pretemporada con el Sevilla Atlético, aunque de vez en cuando subía a entrenar con el primer equipo", recordó el meta.
Néstor es un nómada en el fútbol. Con 24 años ya había pasado por el filial del Sevilla, del Espanyol y del Celta B antes de aterrizar en el Badajoz: "Los filiales. que tienen equipo en Primera o en Segunda, tienen muchas facilidades y la Ponferradina también trabaja muy bien, es un club muy profesional. Yo creo que he tenido suerte y he aprendido mucho siempre".
Debut y experiencia en Primera División
Pero al guardameta le llegó el momento más esperado y soñado por cualquier joven futbolista, la recompensa a tanta paciencia y esfuerzo: debutar en Primera División. Ocurrió en la campaña 2015-16.
"Fue una pasada. Ese año hice la pretemporada con el Celta y en el último partido de Liga expulsaron a Sergio Álvarez contra el Espanyol en casa y pensé que tenía posibilidades de ir convocado con Rubén Blanco para el siguiente partido. Se de la casualidad que Rubén se lesiona y tengo que entrar yo. En ese momento no me doy cuenta porque estaba calentando de espaldas, sinceramente pensaba que estaba perdiendo tiempo", relató.
Todo fue tan rápido que al de Sabadell no le dio tiempo a pensarlo hasta que llegó a los vestuarios tras aquel inolvidable encuentro: "Cuando me dicen que tengo que salir no me dio tiempo a asimilarlo, y lo único que pensé es en disfrutar. Fue después del partido cuando me paré a pensar en lo que había pasado y me entraron los nervios, además mi familia fue a verme. Sin duda, ese debut ha sido uno de los mejores momentos de mi carrera".
"Al final, Jugar en Primera es el sueño de todos y tuve la experiencia de ese partido y de ir convocado durante doce partidos más. Cuando estás ahí te das cuenta de que lo único que quieres es poder llegar a eso, de llegar al máximo nivel y disfrutar de todo lo que te rodea", prosiguió.
Una dura lesión lo frenó todo...
Todo futbolista -y deportista- siempre está expuesto a una lesión, sea cual sea el momento. No fue en un partido y sí en un entrenamiento cuando el hombro de Néstor quedó tocado, y lo hizo por un tiempo más largo de lo normal.
"Tuve una lesión de seis meses en el hombro. Estuve un mes fortaleciendo para ver si era capaz de superarla, pero al final tuvimos que operar porque no aguantaba el dolor. Todo se retrasó más de lo que esperado y me perdí toda la pretemporada con el Celta, así que me quedé en la mejor temporada del Celta B", afirmó.
Todo llegó en un momento clave, ya que el portero se encontraba con sus mejores sensaciones: "Aquella lesión cortó mi racha en el primer equipo porque me cogió en muy buen nivel. Una lesión te corta tu progresión y tienes que volver a empezar de cero. No hacer la pretemporada con el Celta me pasó factura porque luego era más difícil volver a estar con ellos y luego ya tuvieron un tercer portero".
Buscando un nuevo reto
En la pasada campaña, el Badahoz le abrió las puertas después de jugar casi 30 partidos con el filial del Celta y tener una media de menos de un gol por encuentro. Aquel curso fue más complicado y Néstor terminó sin equipo.
"Fui con muchas ganas, pero los resultados no salían. Al final todo nos afectó a nivel profesional y personal, así que desde entonces estoy buscando equipo. De momento estoy entrenando a tope con el Rápido de Bouzas y esperando a una oportunidad. Ellos me tratan genial", aseguró.
Por supuesto, Néstor tiene claro cuál es su mayor deseo: "Quiero tener equipo a corto plazo, no me importa si parto de segundo portero. Entreno cada día para estar a tope y para que alguien me dé la confianza. Yo confío en mi y en mis cualidades y sé lo que puedo llegar a dar".
También compartió vestuario con jugadores como Borja Iglesias, delantero del Espanyol, para el que tuvo palabras de afecto: "Lo que se veía de Borja Iglesias es lo que se ve ahora. En el año del 'play off' explotó y fue ahí cuando sacó todo su potencial porque tuvo mucha confianza. El mismo jugador que explotó aquel año, lo fue en Segunda y en Primera porque siempre se ha adaptado muy bien a todas las categorías".
Agradecido a las sesiones AFE
La AFE decidió llamar a Néstor Díaz para su XVIII edición que ha tenido lugar a principio del mes de enero de 2019, la cual ha disfrutado y ha aprovechado al máximo junto al resto de sus compañeros.
"Fue una experiencia brutal y ha superado mis expectativas porque no tenía referencias sobre ello. Ha sido un ambiente inmejorable y a nivel psicológico nos ha ayudado mucho porque todos estábamos practicamente en la misma situación. En esas dos semanas hemos entrado todos con una enorme sonrisa", concluyó Néstor.
Muchas gracias a la @afefutbol por brindarme la oportunidad de participar en las sesiones AFE! Con muchas ganas, motivación e ilusión de vivir esta experiencia! Never give up pic.twitter.com/e8STEeushu
— Néstor Díaz (@nestordg1) 7 de enero de 2019