Se suele decir que hay determinados casos en los que siempre hay que mantener la compostura, sea cual sea la importancia del choque. En el fútbol, no obstante, la experencia dice que ante duelos de gran intensidad es muy difíficil cuidar las formas.
Con la victoria en la ida de Talleres, Sao Paulo tenía en la vuelta y ante su afición la oportunidad de remontar la eliminatoria y continuar en la Copa Libertadores. Pero los de André Jardine se dejaron dominar por los nervios y se mostraron muy agresivos desde el inicio.
Las continuas faltas torpedearon la continuidad en el juego y, en cierta medida, también perjudicaron al conjunto 'tricolor'. El partido acabó con tres amarillas -menos de las merecidas- y con una expulsión que definió a la perfección la actitud del cuadro local.
Everton vio la roja en el 84' tras una patada criminal sobre el rostro de Díaz. La víctima, que comenzó a sangrar en el césped, tuvo que ser atendido por los servicios médicos. Tras salir del terreno de juego, el lateral zurdo de la 'T' volvió a los dos minutos con un aparatoso vendaje en la cabeza, pero sin lamentar heridas graves.
14 de febrero de 2019