Pero esto no se dio. La Juventus gana casi siempre. Aun teniendo el pescuezo bajo el zapato del rival, logra zafarse para hacerle una llave mortal a su adversario. El Inter, en pocos segundos, se vio mordiendo el polvo. Dos situaciones, el triunfo y la derrota de unos y otros, que ha ocurrido en multitud de ocasiones.
Porque lo de del Giuseppe Meazza fue una película mil veces vista. Parece que sí, pero luego es no. Que la Juventus gane y el Inter pierda es algo absolutamente adherido al genoma del fútbol italiano. La Juventus de siempre le terminó ganando al Inter de siempre. Para desgracia del Nápoles.
El cuadro 'bianconero' ha regado su historia de incontables victorias extemporáneas. No en vano, es el club de Italia más ganador, y por ello también más odiado. Al Inter a veces hay que mirarle con cierta compasión. Por muchos méritos que haga, se las apaña para acabar pegándose un tiro en el pie. No hay clubes grandes tan desgraciados como el 'neroazzurro'.
El tuerto hizo acto de presencia cuando en apenas 20 minutos los de Spalleti se encontraron perdiendo y con uno menos. Douglas Costa fusiló a Handanovic y a Vecino se pasó de frenada pisando a Mandzukic.
Pese al escenario favorable, la Juventus permitió al Inter hacerse con la bola. A base de concederle metros, el equipo 'neroazzuro' se lo creyó. La Juventus no es que jugara a defender su renta, pues el Inter llegaba. La Juventus se dedicó a jugar a nada.
El paso adelante del Inter llegó en la segunda parte. Con Skriniar siendo una roca en defensa y Perisic percutiendo por banda, el cuadro local logró equilibrar el marcador. El tanto lo hizo Icardi, el habitual, al rematar de cabeza una buena falta lateral.
La Juventus no supo detener el arrebato del Inter pese a varias faltas destempladas y llegó el 2-1 un cuarto de hora depsués. Jugada de Perisic, centro y autogol de Barzagli. Y eso ante un rival contra diez.
El bravo Inter pudo hacer el tercero... pero en cambio a la Juventus se le activó el chip campeón. Le ayudó la presencia de Dybala en el campo y la retirada de Icardi. Un claro mensaje. Dybala ya había obligado a lucirse a Handanovic. Hora del bombardeo.
Si además se cuenta con la colaboración de actores inesperados, pasa lo que pasó. Primero Cuadrado marcó con rebote y estatua de Handanovic. Spalletti, que metió a Santon, un central, por Icardi, un delantero, no consiguió lo que quiso: un minuto y poco después del tanto de Cuadrado llegó el de Higuaín en el mismo corazón del área.
El Nápoles tendrá que volver a remar. Pudo haber tenido la oportunidad de ponerse líder en caso de empate o derrota de la Juventus, pero la Juve siempre gana. El Inter, en cambio, está especializado en desastres. Una historia de final más que conocido y cuyo desenlace tampoco varió esta vez.