Hace poco más de una semana, el Real Madrid miraba al calendario y tragaba saliva ante lo que se le venía encima. Y es que tras perder ante el Shakhtar Donetsk en Kiev, el cuadro blanco se jugaba a vida o muerte seguir en Champions y estar vivo en la pelea por LaLiga.
Sevilla, Borussia Mönchengladbach y Atlético de Madrid debían probar, uno tras otro, de qué madera está hecho un Real Madrid de Zinedine Zidane que, de nuevo, ha mostrado su mejor rendimiento con el agua al cuello.
Ante el Sevilla cumplió en un choque muy serio que recargó anímicamente las pilas al equipo de cara al fundamental duelo europeo frente al 'Gladbach. En el mismo, el 13 veces campeón de Europa no tuvo rival y un doblete de Benzema ajustició sin piedad al conjunto de la Bundesliga.
La culminación de la semana fantástica en Concha Espina llegó este sábado 12 de diciembre con la visita del Atlético de Madrid. Invicto en LaLiga hasta el momento, el conjunto rojiblanco hincó la rodilla en el Di Stéfano ante un cuadro 'merengue' que ganó con facilidad.
Seis puntos de seis posibles ante dos rivales directos y un billete a octavos de final de la Champions como primero de grupo, algo que facilitará mucho el trayecto continental del equipo en la primera eliminatoria directa de la competición.
Un bagaje increíble y que parecía quimérico tras la imagen que dieron los pupilos de 'Zizou' en Ucrania. Pero como dijo Koke en la previa del derbi, "todo el mundo habla mal del Madrid y al final siempre pelea por todo".