Se dispusieron las piezas sobre el tablero y no se movieron. La primera mitad sobre el verde de los Juegos del Mediterráneo careció de esa salsa que tan bien nutra al fútbol: las ocasiones. Los acercamientos eran tímidos y ninguno acababa con un tiro peligroso.
El dominio fue cayendo en ambos bandos según pasaba el tiempo. De hecho, se podría decir que los extremeños fueron algo superiores, pues manejaron mejor los tiempos del duelo. La calidad individual de los 'indálicos' solo salió a la luz a la hora de defender.
Los porteros no tuvieron trabajo, pues tampoco hubo disparos importantes. La mejor oportunidad fue un disparo de Coric. Salió Casto a despejar un pase en profundidad a Darwin, falló y dejó la meta sola, pero el atacante rival no fue capaz de aprovechar desde lejos la puerta vacía.
No cambió la dinámica en la segunda mitad. Aunque el Almería logró erigirse en el mejor aunque fuera de forma leve, las ocasiones, de nuevo, no estaban llegando a ninguna de las dos áreas. Los visitantes optaron por tiros lejanos, y los locales, por construir en corto.
Y entonces llegó el penalti que lo cambió todo. En el rechace de un córner cerca del punto de penalti, Martos trató de controlar la pelota, pero Casto fue a hacer una parada de fútbol sala y acabó derribando al 'indálico'. Núñez fue el encargado de materializar la pena máxima.
Destapó el tarro de las esencias el uruguayo, pues los suyos se vinieron arriba y deleitaron a las gradas firmando una inesperada goleada. Lazo, con un doblete, fue el artífice, primero gracias a un error de Casto y luego con un espectacular tanto por la escuadra con el interior del pie.
Pero la cosa no iba a quedar ahí, pues los 'valientes', como su apodo indica, no quisieron ser menos y fueron a por todas en el tiempo de descuento. Un misil tierra-aire de Nono y el olfato dentro del área de Cabrera recortaron las distancias hasta dibujar un precioso 3-2 final.