Ya ocurrió en la Serie A, en un partido ante el Nápoles en el Olímpico de Roma. La afición lacial la tomó con Koulibaly, y el árbitro del encuentro detuvo el juego hasta que cesaron.
Ayer, en el partido de ida de los octavos de final de la Europa League ante el Sparta en Praga, volvió a ocurrir. Esta vez, el objeto de su odio fue Costa Nhamoinesu, futbolista zimbabuense del equipo checo.
Los hechos ocurrieron en el minuto 25 del encuentro. Undiano Mallenco, colegiado del duelo, detuvo el partido en ese momento. La megafonía del estadio advirtió a la hinchada visitante que el partido no reanudaría hasta que no cesase su actitud, cosa que terminó ocurriendo al poco.
El partido transcurrió sin más incidentes y acabó con empate a uno, pero es de esperar que la UEFA tome cartas en el asunto, como es habitual.