Era el favorito. El Oxford United, que se quedó a las puertas del ascenso directo, acabó en cuarta posición por el promedio de puntos por partido, pero esaba siendo de los mejores del campeonato.
Enfrente estaba el aspirante, el Wycombe Wanderers, un equipo que terminó en octava posición y que estuvo entre los que votó por no reanudar el campeonato cuando la pandemia lo permitiera. Debido a eso, se convirtió, por arte de magia (y gracias al citado promedio), en el tercer clasificado, al haber jugado un partido menos que muchos de sus rivales.
Se encontraron en Wembley en la gran final, a partido único, tras haber eliminado al Portsmouth (sufriendo el Oxford) y al Fleetwood Town (con una victoria a domicilio de las que sentencian eliminatorias).
July 13, 2020
Y eran como el día y la noche. El Oxford United era el equipo que más posesión, de media, había tenido a lo largo de la temporada, el que más pases cortos y pases totales había dado, el que había encadenado más rachas de diez o más pases y el que había ganado más campo con ellos.
Lo que vienen a ser unos virtuosos del balón, y más en comparación con su rival, un Wycombe Wanderers que era el número 23 (de 23) en esos cinco aspectos.
Y, aún así, el ganador fue el que nadie esperaba. Ese equipo que era octavo en el momento de la suspensión, ese equipo que votó 'no' a reanudar el campeonato, ese equipo que, por eso mismo, acabó tercero y disputó el 'play off' de ascenso al Championship.
Ese equipo que el año que viene jugará, por primera vez en sus 133 años de historia, en la categoría de plata del fútbol inglés.
July 13, 2020