El partido de la jornada 23 en Segunda División entre el Racing de Ferrol y el Real Oviedo se detuvo poco después del gol del 1-2, obra de Sebas Moyano, porque un operario de seguridad de A Malata se desmayó detrás de las vallas publicitarias de su zona. Al principio, el árbitro no quiso parar el encuentro, pero la insistencia de los jugadores y los aficionados le animó a detenerlo para que la ambulancia entrase.
El vehículo, de hecho, necesitó que los futbolistas ayudaran retirando ellos mismos las vallas publicitarias antes mencionadas para permitir que el conductor maniobrara y saliera del recinto. Los periodistas de la prensa local que se encontraban en el estadio informaron del asunto en sus redes sociales, así que fue posible contemplar lo sucedido a través de vídeos e imágenes desde las gradas o a través de la retransmisión de 'Movistar'.
Pablo Fernández, de 'La Voz de Asturias' y la agencia 'EFE', indicó que hubo una espera de hasta 10 minutos hasta que los galenos tuvieran opción a entrar al césped para rescatar al afectado, al que rodearon sus compañeros, la policía, los deportistas y los colegiados encargados de dirigir el enfrentamiento. Las fotografías en la escena evidencian lo aparatoso del trayecto que tuvo que encaminar la Cruz Roja para acudir al hospital más cercano lo antes posible.
No es la primera ocasión en que ocurre una urgencia médica que obliga a detener un partido de la élite. Se trata de un fenómeno que lleva un tiempo sucediendo y que ha llegado a acabar en la peor de las consecuencias, un fallecimiento, en algún caso. Por un motivo totalmente distinto, se dio otra suspensión temporal de un duelo de la élite este mismo fin de semana, el Udinese-Milan, por insultos racistas al portero 'rossonero', Mike Maignan.
January 20, 2024