Hubo empate sin consecuencias demasiado marcadas entre el Oviedo y Las Palmas en la jornada 34 de Segunda División. Partido bastante igualado en el que hubo tramos de dominio para ambos bandos aunque fueran los del Cuco Ziganda los que más rozaran el gol. Jesé fue protagonista por lo negativo y Vallés, por lo positivo.
El delantero fue expulsado en el minuto 66 por una dura entrada por detrás a Sangalli. Si bien no pareció para tanto, clavarle los tacos, por mala suerte o por calcular mal, tiñió de rojo la cartulina que el árbitro le mostró sin dudar. Fue una expresión de desquicio por lo preso que se vio a lo largo de todo el choque de los defensas carbayones.
Bolaño y Arribas, sobre todo Arribas, le tomaron la matrícula desde el principio y malograron toda intentona de darle trabajo a Joan Femenías. Sin que el '9' sirviera efectivamente para vestir de peligro los balones que le llegaban, tampoco suponían alternativas hirientes Araujo o Róber y el equipo apenas probó al cancerbero.
En la otra punta del campo, Vallés sí que tuvo que actuar. No copisamente, sí con importancia. Resolvió un zapatazo lejano de Tejera y un latigazo de Borja Sánchez, ambos en los primeros compases del encuentro. Estas jugadas terminaron siendo las mejores candidatas a gol de antes del tiempo añadido.
Este, de nueve minutos, fue caldo propicio para que el Oviedo guisara ocasiones de peligro, pero la Unión Deportiva, como es lógico con uno menos en el verde, se cerró para exportar un punto a las islas que alimenta una racha de cuatro partidos seguidos sin perder. Y, cuando aparecían grietas -las dos más evidentes las trató de convertir en goles Nahuel-, Vallés respondía solvente y serio.
Su buena actuación compensó la falta de clarividencia de sus compañeros arriba y anuló a los del Cuco Ziganda. Ellos dejan escapar una oportunidad importante de alejarse más de la zona de descenso y volver a vencer, aunque, tanto en su caso como en el canario, el resultado supone quedar en tierra de nadie.