Se trata de un central de casi dos metros, de origen serbio. Al club sportinguista le cuadra entre sus necesidades, y al jugador también como posible destino. "Estoy contento por poder jugar en España. El entrenador me conoce y me convenció para ir a Gijón, por lo que creo que tomo la decisión correcta", dijo en una entrevista reciente.
El problema radica en que el Sporting debería liberar una ficha para poder añadir al defensa serbio a sus filas. Y por el momento nadie parece dispuesto a sacrificarse.