Emoción. Esa era la palabra que definía el choque en la ciudad de Zaragoza desde días antes. Y quedó más claro aún cuando las lágrimas de Víctor Fernández a la llegada al estadio se conviritieron en la imagen de la noche.
Sucede que había un extraordinario ambiente, y que muchísimos seguidores se dieron cita en las inmediaciones de La Romareda para recibir a su equipo de la mejor manera antes de de buscar la machada ante el Madrid. Y eso pudo con el técnico blanquillo, sensiblemente embriagado por la emoción.
Víctor Fernández, que ya sabía perfectamente lo que significa medirse al Real Madrid en la Copa y fue campeón del torneo, era consciente de todo lo que mueve una competición así, aunque sus cinco sentidos estén centrados en ascender a Primera.
29 de enero de 2020