Arturo Vidal, que fue el primer elegido por Heynckes para abandonar el campo, se marchó, rozando la primera hora de juego, con 0-1 en el marcador y muy mala cara.
El jugador, con la mirada baja, abandonó rápido el terreno de juego, bajo la atenta mirada de un Alaba que fue hacia su lado para tranquilizarle, pero no pudo hacer nada.
Por el bien del Bayern, más vale que el chileno no se tome la sustitución como algo personal, ya que Heynckes, durante sus distintas etapas como entrenador, siempre se ha caracterizado por tener un pulso firme a la hora de sentar a estrellas.