Parecía algo difícil de lograr, pero el Barça se propuso remontar al Sevilla y lo hizo. Después del 2-0 en contra de la ida, el cuadro azulgrana salió a morder y volvió a tumbar a los hispalenses (3-0).
Dembélé inició el camino al poco de comenzar el encuentro y ya Piqué, sobre el final, forzó la prórroga. Braithwaite, en el 95', se encargó de firmar el tercer y definitivo tanto.
Nada más llegar el pitido final, los jugadores formaron una piña y lo celebraron sin cesar. Así se vivió desde dentro ese triunfo y el pase a la final.