Como si de una dinastía se tratase. Como si estuviera escrito que el lateral zurdo del Madrid debiera ser brasileño. Toda una generación ha crecido conociendo esa realidad en la 'casa blanca'.
Roberto Carlos llegó al Madrid en 1996, procedente del Inter, a donde llego desde Palmeiras. En 2006, con el campeón del mundo ya en las últimas (aunque jugaría seis años más en ligas de menor exigencia, como la turca, la brasileña o la rusa), el Madrid fichó a su relevo.
Y Marcelo, tras aprender de su compatriota un año, se hizo el amo y señor del carril zurdo. Y ya van 14 temporadas resistiendo y sentando a todos aquellos que el Madrid fichó o subió del filial para hacerle competencia.