En un entrenamiento de la Eurocopa de 2016, varios jugadores de la Selección Española aprovecharon un hueco libre para intentar meter un gol desde detrás de una portería. La clave estaba en darle mucho efecto a la bola y solo uno lo logró.
Casillas, Morata y Cesc Fábregas lo intentaron, pero Mikel San José fue el ganador. Con un gran zapatazo usando el empeine de la bota, logró que cogiera la rosca suficiente como para que regresara sobre sus pasos y entrara en la red.
Llama la atención que ganara viéndose las caras con Cesc, todo un pasador no solo en el ámbito nacional, sino en el mundial. Mikel San José, de un corte no tan ofensiva cuando salta a la zona medular, lo hizo mejor y se llevó el reto.