Es difícil poner en cuestión la pegada de Independiente del Valle y más cuando hay evidencias delante que atestiguan que esto es cierto. En 2016, durante un duelo ante Universidad Católica, quedó demostrado.
Gabriel Cortez y Dixon Arroyo metieron dos golazos desde fuera del área en cuestión de diez minutos. Los aficionados estaban que no se lo creían por la superioridad de los suyos sobre el verde: acabaron ganando por 5-0.
Ambos golpeos fueron parecidos, pero en escuadras contrarias. El primero se coló por la zurda del guardameta, que no pudo hacer nada ante tal velocidad; el segundo, muy parecido, entró por la derecha del meta.