Terry Butcher nació en Singapur, pero era de origen inglés. Por ello, su carrera futbolística se desarrolló en Gran Bretaña y defendió los colores de Inglaterra, con la que disputó 77 encuentros.
El más recordado de ellos, fue el que disputó ante Suecia. El central recibió un golpe al poco de comenzar el encuentro, lo que le provocó una herida abierta en su cabeza con la que tuvo que lidiar el resto del partido.
El vendaje que le colocaron los médicos no resistió mucho y la herida se abrió nuevamente. Pero Terry Butcher, un defensa de la vieja escuela, no quiso abandonar el campo a pesar del fuerte dolor que sentía en la cabeza.
De hecho, la camiseta de Inglaterra, blanca, terminó completamente roja de la sangre que surgió de la herida. El central despejó numerosos balones con la cabeza, demostrando un compromiso por los compañeros que conmovió al país.
Butcher logró terminar el encuentro, aunque tuvo que ser retirado por los médicos cuando el árbitro señaló el final. Un fiel reflejo de lo que era el fútbol a finales de los 80 y principios de los 90.