Sí, era un partidillo, en dimensiones reducidas. La intensidad no es ni de cerca la que envuelve a un partido oficial, pero pese a todo Vinícius demostró de qué es capaz.
Recibió dentro del área un centro, y ante la oposición de Vallejo, controló de pecho y le pegó de tijera, imparable para el portero.
A Marcelo, en el equipo rival, le faltó celebrarlo. Porque Vinícius le demuestra a Lopetegui, en cada entrenamiento, que tendría sitio en el primer equipo.
11 de septiembre de 2018