El Milan-Lazio fue, como se esperaba, el partido en el que Zlatan Ibrahimovic pudo volver a sentirse futbolista. El astro sueco entró en el minuto 60 y solo tardó siete minutos en seguir aumentando su leyenda.
Fue el tiempo que tardó el atacante 'rossonero' en marcar su primer tanto de la temporada, el que le permitió ver puerta por vigesimosexta vez consecutiva en diferentes temporadas de liga desde que lo hiciera en 1999 en la Liga Sueca.
El gol tuvo su miga. Y es que Ibra se estaba atando la bota cuando la acción del gol dio comienzo. El crack vio que Rebic desbordaba, dejó lo que estaba haciendo y se desmarcó para recibir en el corazón del área pequeña.
Reina no pudo cortar el pase y Zlatan apareció para empujar a portería vacía el 2-0 para los suyos. En el primer tiempo, Leao, tras una jugada coral del Milan, había puesto en ventaja a los de Pioli.