El Bayern de Múnich, como campeón de la Champions League, y el Sevilla, como vencedor de la Europa League, se enfrentaron este jueves en la final de la Supercopa de Europa en Budapest, Hungría.
La UEFA escogió la gran cita europea como una prueba piloto para el regreso progresivo de los aficionados a los estadios de fútbol, a pesar de la polémica suscitada debido al incremento de contagios en COVID-19 en Europa.
De hecho, Markus Söder, ministro de Baviera, solicitó a los hinchas del combinado alemán que no acudieran al Puskás Aréna ante el riesgo de que el duelo se convirtiese en una bomba biológica, pero la hinchada acudió.
El Sevilla devolvió 2.500 de las 3.000 entradas disponibles, por lo que algo menos de 500 aficionados contemplaron la Supercopa de Europa en directo. Y del Bayern acudieron todos: 3.000 hinchas que volvieron a ver a su equipo.
La mascarilla era obligatoria en caso de no poder mantener el metro y medio de distancia pertinente, mientras que podían quitársela si cumplían con el distanciamiento social.
September 24, 2020