Habrá tempestad, pero la calma siempre regresa. De turbulencias saben Courtois y Morata, quienes tuvieron que convivir con la crítica más hiriente cuando se enfundaron por primera vez la camiseta de Madrid y Atleti, respectivamente. El fútbol, siempre caprichoso, los pondrá uno enfrente del otro en un derbi precioso en el Wanda Metropolitano.
La primera vez de Courtois en la que pudo ser su casa, la primera de Morata frente a uno de los clubes de su vida desde que fue llamado a filas por el Cholo. Parar y marcar, he ahí sus respectivas obligaciones. A Courtois no le espera precisamente un ambiente agradable, mientras que a Morata le urge abrir la lata con su nuevo equipo.
Los dos apuntan al once. El belga es titularísimo para Solari, que solo ha rotado en la portería en la Copa del Rey. Morata, por su parte, sintió la confianza de Simeone desde su debut. En el once en el Villamarín, el delantero denotó que le falta ritmo y, sobre todo, conocer el libreto de su técnico, que espera mucho de él.
En la primera vuelta, en el choque disputado en el Bernabéu, Courtois cuajó posiblemente su mejor actuación desde que viste de blanco. Él y Oblak fueron los culpables de que el derbi se escapara sin goles, pese a que las ocasiones se sucedieron durante todo el choque. Ahora, Madrid y Atleti porfían por ser el inmediato perseguidor del Barcelona.
Morata se reencontrará con los que fueron sus compañeros hasta hace no mucho. Nudo en la garganta y la profesionalidad por encima de todo. Ahora, el que le paga es el Atleti. Courtois ya sabe lo que es sufrir al Atleti, este año por partida doble. En la Supercopa de Europa, el belga se quedó sin trofeo y lo sufrió desde el banquillo, soportando la sorna rival. La vida, como el fútbol, siempre sigue su curso.