El país de la pelota tiene la suerte de poder mirarse a sí mismo y encontrar una enorme variedad de términos futbolísticos, muchos de ellos exitosos.
Si Bilardo, ya felizmente retirado a los 81 años de edad abocaba por un tipo de juego basado en la pillería, la intensidad y una actitud basada en el peso del escudo, los gustos de Marcelo Bielsa viraban -y viran- más hacia la estética.
Para uno el fin justifica los medios, para el otro lo importante siempre fue el camino, intentando no traspasar una serie de valores muy ligados a la doctrina clásica del este deporte.
Y, con la Selección Argentina como testigo, ambos fueron aclamados. Nunca se podrá decir que el método de Bilardo, aquel que tuvo en su máximo exponente la popular frase "pisalo, pisalo", no funcionó.
Un Mundial (1986) y un subcampeonato del mundo (1990) le avalan, pasando a la historia como el técnico de la Copa del Mundo de Maradona, el considerado mejor jugador argentino de todos los tiempos.
El 'Loco', conocido así popularmente por su afán de perfección, lideró la llamada nueva generación de la 'Albiceleste' que se proclamó por primera vez en su historia campeona olímpica en Atenas 2004.
Fruto de la carrera de este último, Marcelo Bielsa recibió este lunes el trofeo al 'Fair Play' por su decisión durante el partido entre Leeds United y Aston Villa, en el que se dejó anotar en contra tras protagonizar en primera instancia una acción, a su juicio, amoral.
Óscar Ruggeri, quien sirvió bajo las órdenes de Bilardo en múltiples ocasiones, lo tiene claro: "Bilardo nos dijo un día: 'podemos perder la copa, pero si nos entregan el premio 'Fair Play' los echo a todos". En definitiva, dos maneras muy distintas de entender el fútbol.