La historia del Atlético de Madrid ha sido irregular. En el estadio que poco a poco está quedándose en simple escombro retirado se han producido momentos tan felices como amargos. En el Vicente Calderón y en el antiguo Metropolitano se vivieron momentos que hicieron que el club rojiblanco pasara a ser llamado como el 'Pupas'.
La historia es la esencia de un club, pero el progreso es la mejoría. Y esto es lo que le ha pasado al Atlético desde que aterrizó el entrenador argentino Diego Pablo Simeone al banquillo en un 2012 cuando la moral estaba por los suelos.
Simeone estableció una filosofía y fue dando pasos cortos. Su mensaje siempre fue el mismo y su intención era la de ir molestando a los que él creía más grandes que el Atlético, es decir, al Real Madrid y al Barcelona,
Pero con el paso de las temporadas ya no hay niveles, ya no hay estratos. Lo que sí se ha podido percibir es un crecimiento exponencial de ese equipo del pueblo que se ha convertido en una ciudad y en miles de kilómetros cuadrados de modernidad, de tecnología, de nombres, de poderío.
Con las siete últimas ediciones de la Champions League jugadas se perdieron dos finales, participaciones que unidas a los demás éxitos han hecho que el Atlético pueda crecer y mantener un equilibrio económico que le ha permitido dar el santo a uno de los estadios más importantes de Europa y del mundo, pues así los reconocido la propia UEFA tras la final de la Champions.
El presupuesto ha pasado a ser de más de 400 millones de euros, a diferencia de los poco más de 100 millones que había hace unos años y la directiva crea ilusión a base de nombres importantes y de la actualidad futbolística.
En esta nueva temporada, el Atlético ha dado otro golpe. Ha competido con el City por Joao Félix y ha firmado al fichaje más caro de toda su historia, además de haber podido crear de nuevo un equipo hecho a medida y potente tras las bajas pronunciadas.
Con el Wanda Metropolitano como casa y a golpe de talonario, este Atlético ya está a la altura de los más grandes digan lo que digan. Ya no hay excusas, ya son candidatos a todo.