Ucrania da un paso adelante fundamental para irrumpir en los octavos de final de la Eurocopa y Macedonia del Norte queda virtualmente eliminada. Son las dos consecuencias principales de su 2-1 en el Arena Nationala de Bucarest. Los de Shevchenko fueron generalmente superiores y sus rivales reaccionaron demasiado tarde.
Los argumentos más claros de la victoria estuvieron sobre la mesa en los primeros 45 minutos. Yarmolenko, desatado, comandó a un grupo que se supo mejor desde el principio. Él se encargaba de romper líneas o de aprovechar los espacios en lo que sus compañeros ayudaban a sitiar los dominios de un Dimitrievski sobresaliente.
Atrás, la 'Zbirna' se apoyó en Karavaev -empezó bien, hasta asistiendo, y acabó cometiendo un penalti- para dejar casi sin opciones a sus rivales. Pandev no encontraba los espacios para aparecer y Bardhi, que brilló algo más en la jornada inicial, no se encontró nada cómodo en la medular. Su bajón privó de más fluidez a las combinaciones de los suyos, que tan solo hacían daño con alguna que otra contra.
No por ello Pandev dejó escapar la oportunidad de marcar. Cuando el marcador ya lucía un 2-0, recibió un balón en profundidad que convirtió en golazo de vaselina. El colegiado tuvo que anularlo por fuera de juego, bien anulado, y hubo que esperar al segundo acto para contemplar los mejores momentos de los macedonios.
El problema fue que esto sucedió cuando Ucrania ya había tomado ventaja en el luminoso. Antes de la media hora inicial, Karavaev prolongó con la espuela de la bota un saque de esquina y facilitó que Yarmolenko, solo en el segundo palo, cruzara la bola para que Dimitrievski, una muralla en el resto de disparos en contra, no pudiera hacer nada.
El '7' coronó su actuación cuando, cinco minutos después de abrir la lata, sirvió un cuero ajustado para regalarle a Yaremchuk una audiencia a solas con Dimitrievski. El '9' levantó la cabeza, golpeó con el interior de la diestra abajo y superó al guardameta. Tocó acudir al VAR antes de celebrarlo del todo, pero se confirmó su legalidad.
Los dos tantos dieron buena cuenta de lo sueltos que estaban los de Shevchenko, aunque brillaron también por ser la renta que mantuvo al grupo en calma cuando Macedonia del Norte, en el segundo acto, mejoró. Su arreón fue uno más bien de corazón y casta que de efectividad y acierto. Se resolvió con un gol y muchos 'casis'.
El gol, un penalti torpe que cometió Karavaev sobre Pandev. Quería despejar y le golpeó en la pierna. En el lanzamiento, Bushchan paró ante Alioski y este cazó el rechace. Los 'casis', varias llegadas que se resolvieron o con paradas del cancerbero o con zapatazos que se iban directamente por línea de fondo.
Pero, para 'casi', la casi sentencia de Ucrania. El colegiado, a instancias del VAR -era Alejandro Hernández Hernández-, pitó un dudoso penalti por mano de un miembro de la barrera en un saque de falta. Dimitrievski, para hacer justicia a un partidazo, se lo paró a Malinovskyi y mantuvo el honor de una Macedonia que peleó.
Macedonia está casi eliminada
Macedonia del Norte no está eliminada, está casi eliminada. Debe prestar atención al partido que queda de esta jornada entre Austria y Países Bajos. Se verá las caras con Memphis Depay y compañía en la última tanda de encuentros, a la que llegará ya fuera de la Eurocopa si los neerlandeses vencen a los de David Alaba porque ya no podrían alcanzarles y, ante el resto, tiene el 'goal average' perdido.
Incluso en el caso de vencer Autria, único resultado que mantendría vivos a los macedonios, estos tendrían que tumbar a la 'Oranje', una empresa que se presenta muy complicada. No reaccionar ante la superioridad de Ucrania en la primera mitad -en la segunda, hubo opciones de gol- puede ser pronto una condena irrevocable.