El 5-3 del Real Madrid al Fenerbahçe sirvió para que los de Zidane pusieran fin a varias rachas negativas. Llevaban varios meses sin ganar un partido lejos del Bernabéu y también bordeaban los tres meses sin vencer un encuentro.
Después del 3-7 del Atlético, el objetivo en Alemania era recuperar al equipo. Y Zidane lo logró en parte, después de un choque ante el Tottenham que no pasará a la historia. Y es que ante el Fenerbahçe hubo momentos de buen juego. El problema estuvo una vez más atrás.
Los blancos volvieron a encajar tres tantos y ejemplificaron que el problema está en defensa y no en ataque, donde Benzema volvió a ser el 'killer' de la 2018-19.
La fragilidad defensiva fue el principal debe del equipo durante la pasada campaña y la pretemporada ha escenificado que las cosas no han cambiado demasiado. Al menos, Zidane y los suyos ya saben que tendrán que trabajar en ese aspecto.
El Real Madrid espera que la entrada en el equipo de Casemiro y Militao, dos pilares defensivos, pueda cambiar la cara a un equipo que lleva años repitiendo nombres y pide a gritos un soplo de aire fresco en algunos puestos del campo.
Paralelamente, el equipo blanco volvió a encajar muy pronto, por lo que otra de las asignaturas pendientes antes del inicio de Liga es la concentración. Los 'merengues' están entrando al campo despistados y ya no se pueden permitir repetir más esas situaciones.
En ataque, los tres tantos ante el Atlético, que pasaron desapercibidos por el resultado final, refuerzan la idea de que el Real Madrid está en el buen camino. El 5-3 al Fenerbahçe, si bien no sirvió para demasiado, ayudó a ver que las cosas no están mal. Y que hay tiempo para terminar de poner a punto el equipo...