Zinedine Zidane está convencido de que "algún día" será seleccionador de Francia, "el sumun" de su ambición, en la que también hay espacio para el banquillo del Paris Saint-Germain, aunque por ahora "no está de actualidad".
Pero, además de hablar de su futuro, el míster tuvo tiempo para hablar largo y tendido de su pasado en 'L'Équipe'. Zidane recordó su fichaje como jugador por el Real Madrid en 2001, que justificó tras su etapa en la Juventus de Turín porque era "el mayor club del mundo".
El traspaso, de casi 80 millones de euros, era "el precio de un Airbus", el más alto en aquel momento de la historia, le pareció "alucinante" pero "no había otra opción" porque "la Juve tenía el derecho de pedirlo y el Madrid de pagarlo".
"Acababa de cumplir 29 años, me quedaban recursos. Sabía que me faltaba eso, el Madrid. Necesitaba este cambio para dar fuerza a mi carrera. Llevaba cinco años en la Juve y lo había ganado todo menos la Liga de Campeones. La perdimos dos veces. Necesitaba relanzarme, un nuevo reto", indicó.
Reconoció que el Madrid "estaba en mente y la idea fue cobrando fuerza poco a poco". "Cuando has estado en la Juve y lo has ganado todo con la Selección, con 28-29 años, hay que buscar otra dimensión. El Madrid era la mía. Y sabía que estaba en la cabeza de Florentino Pérez. Y cuando tiene algo en la cabeza, todo va muy deprisa".
Relató el encuentro en Mónaco, durante una cena de gala donde el presidente del Madrid le preguntó, en una servilleta, si quería ir a la capital española y como él respondió: "Sí", momento en el que todo quedó lanzado.
Ya centrado en su carrera como entrenador, dijo que estaría encantado de sentarse algún en el banquillo de Francia, con la que conquistó en 1998 el Mundial como jugador.
"Es lo más hermoso que puede haber (...) Lo quiero ser, claro, lo seré, espero, algún día. ¿Cuándo? Eso no depende de mí. Pero quiero cerrar el círculo con la Selección", señaló el técnico, que mira de reojo un puesto que ocupa Didier Deschamps, al menos, hasta el Mundial de Catar donde defiende el título logrado en 2018.
El entrenador recordó lo vivido con 'les bleus' y que eso "permaneció en la cabeza" y espera su momento: "Ahora hay un equipo al frente, con objetivos. Pero si se presenta la oportunidad, ahí estaré".
El técnico afirma que, entre tanto, quiere seguir entrenando y no descarta sentarse un día en el banquillo del PSG, el rival del Olympique de Marsella, el club de su ciudad natal. "Nunca hay que decir nunca. Sobre todo cuando eres entrenador en la actualidad. Pero es una cuestión sin sentido, ahora no está de actualidad. Pero no hay 50 clubes a los que pueda ir", dijo.
Por último, Zidane echó la vista atrás para recordar las tres Ligas de Campeones ganadas como entrenador con el Madrid, "un sentimiento formidable y profundo de haber cumplido".
"Ganar la Champions nunca es suerte. Es trabajo. Sobre todo, tres seguidas. Trabajé como un enfermo. Trabajamos mucho. Mis jugadores creían en mí y yo en ellos. Ganar como jugador no supone la misma implicación", dijo Zizou.