Zinedine Zidane es pura tranquilidad, la templanza hecha persona, es un entrenador que no se suele alterar. Aunque esta característica podría ser algo bueno, es algo criticado por ello, ya que parece no saber transmitir a sus jugadores esa actitud nerviosa que a veces es necesaria.
Justo en el extremo opuesto está Simeone, el técnico rojiblanco es todo lo contrario. Es nervio puro y contagia a sus jugadores y a su afición de esa tensión con la que él mismo vive los encuentros.
En cuanto al juego, el argentino tiene absolutamente medido todo, no se le escapa ningún detalle y su base es la táctica. Su esquema es un 4-4-2, con mucho equiilibrio en el centro del campo.
Transición rápida, verticalidad total y un 4-3-3, con la intocable 'bbc', son las señas del Madrid de Zidane. Esquema que deberá modificar mañana por la ausencia de Gareth Bale, por el que parece que entrará el malagueño Isco.
En la zona de prensa también hay grandes diferencias entre ambos técnicos. Zidane es un entrenador de pocas palabras y que no suele dejar titulares salidos de tono, algo bastante diferente a Simeone, técnico de largas respuestas y experto en dejar grandes titulares.