Christian Ziege fue uno de los laterales más importantes de Europa en los años 90. El jugador que todos querían fichó por el Milan y ya no volvió a recuperar su gran nivel, pese a que en la Premier League volvió a dejar ratos de buen juego en el Liverpool.
Entrena al modesto Pinzgau Saalfelden de la Tercera División de Austria y repasó algunos detalles que no se conocían de su vida en una entrevista con 'Daily Mail'.
"Venir al club ha sido la mejor decisión que he tomado. Tengo lo mejor de ambos mundos: puedo vivir en las montañas y entrenar a un club con ambición", comenzó el ex jugador.
Ziege reconoció que su vida estaba en una espiral de autodestrucción en Mallorca, donde solo nadaba, bebía y dormía. No solo cambió él, también puso nuevas normas a su nuevo club.
"Cuando llegué, tenían una nevera grande en el vestuario, llena de cerveza. Les di un día para bebérsela. Desde entonces, solo beben agua", detalló.
El ex del Milan recordó que en su infancia convivió con el Muro de Berlín y aseguró que fue clave para que mejorara su calidad: "Jugué al fútbol contra el Muro todos los días. Si se te escapaba el balón por encima, lo perdías para siempre, por eso era importante ajustar los disparos".
Ziege recordó que, tras el Milan y el Bayern, fue en Inglaterra donde perdió la cabeza: "Vivía en un pequeño barrio donde solo había pubs. La cultura del alcohol era nueva para mí. Un día, me pasé toda la noche en el pub. Y luego, estuve entre la cama y el baño durante toda la madrugada. No sé ni cómo llegué a casa".
El alemán recordó que su entrenador se enteró de la situación de manera surrealista. "A la mañana siguiente, mi entrenador cogió un un taxi que le contó que había conocido al hombre más borracho que había visto en su vida, un chico alemán. '¡Es mi defensa, mi defensa estrella!', le dijo. Desde entonces, me centré mucho más", recordó entre risas.
Finalmente, desveló que casi pierde la pierna en el año 2002: "Fue en un 'Boxing Day'. Mi pierna estaba prácticamente muerta. El muslo se me hinchaba y se me hinchaba pero yo no quería saber nada de médicos. Gracias a mi esposa, que me vio en esa situación y me insistió para ir. Los médicos me rescataron de morir. Me dijeron que la sangre se había atascado entre dos capas de piel". Fue una de sus últimas experiencias, pues casi no jugó en los dos años más de carrera que le quedaron por delante.