Este cambio supone una nueva dificultad para los clubes de Segunda B, puesto que ahora están obligados a tener diez fichas profesionales en lugar de 10. Esto puede afectar a su plantilla y, sobre todo, a su presupuesto.
El coste de esta iniciativa puede alcanzar los 6.000 euros porque dar de alta por primera vez a un jugador con licencia profesional cuesta 3.000, aunque si no es el caso, el importe se reduce a los 75 euros.
Los clubes de Segunda B ven alterados sus planes en el mercado veraniego. Las distintas directivas trabajan durante el periodo vacacional para cumplir con los requisitos al mínimo coste.