Cinco golitos tiene 'la Roja' (al fin)

¡Cómo es el fútbol! Por eso encanta, desespera, enamora, desenamora, disgusta, hace llorar, reír, saltar, caer... España llegaba a La Cartuja rodeada de dudas, críticas y falta de gol. En líneas generales, esos eran los tres rivales de la Selección. Y según se vio después sobre el césped, Eslovaquia era el cuarto en discordia.

Pero los de Luis Enrique se cargaron a los tres primeros en una exhibición que fue casi redonda. Pero claro, no se puede olvidar que su rival le regaló la llave de la primera puerta, la que siempre cuesta más abrir. Como al entrar a casa, el resto de puertas ya se abrieron con apenas empujarlas. Aunque lo que cuenta es que, como entonaba esa tierna canción infantil, cinco golitos tuvo 'La Roja'.

Cuatro de los seis cambios que se rumoreaban metió Luis Enrique. Azpilicueta, Éric García, Busquets y Sarabia fueron titulares. Y este último sería el mejor de un partido que tuvo más historia entre los problemas internos que en los referentes a Eslovaquia.

El guion fue exactamente el que se preveía. España domina, Eslovaquia defiende, España no concreta. El triángulo que 'la Roja' ha sufrido en los últimos tiempos se repetía en los primeros minutos en La Cartuja. Aunque nadie podía reprochar nada en lo que a llegadas y creación de ocasiones se refería.

El Dubravka malo, el Dubravka bueno

Pero todo parecía encarrilarse a los diez minutos de partido. Azpìlicueta tuvo la primera poco antes en una buena acción de Gerard Moreno. Perdonen a este humilde cronista si peco de subjetividad, pero el del Villarreal se gana a cada segundo ser considerado indiscutible para la Selección y para la ilusión de los españoles.

En el 10', llegó un penalti que nació como falta de Koke. Pero el VAR avisó a Kuipers, un árbitro poco amigo de España según sus estadísticas, que lo revisó y señaló los once metros. Asumió Morata la responsabilidad. Con todo lo que eso significaba. Y salió cruz. No lo tiró bien, y sí que estuvo genial Dubravka para detenerlo.

Sin embargo, el portero pasó de ser el malo para los españoles a ser un amigo más. De los buenos. Para los suyos, el ordens sería al revés, claro. 

Tras dos ocasiones a la que no llegaron por centímetros Sarabia y Morata y un buen disparo del de la Juve ante el que voló el meta eslovaco, llegó el nacimiento del 99% de los memes de la jornada. Sarabia se sacó un trallazo al larguero y, cuando caía la bola, Dubravka palmeó el balón hacia su propia portería. Difícil de explicar cómo un gesto tan básico en los porteros le salió tan mal al cancerbero.

Fue una bocanada de aire, el vaso del agua fresca para el niño que subía a casa tras horas de jugar en la calle. Al fin se abrió el cava, que diría Luis Enrique. Y lo demás fue una barra libre para España.

Antes del descanso, llegó el 0-2. Gerard Moreno le limpió un balón a Dubravka que parecía ya del portero. La fe del '9' le llevó a hacerse con la bola, colgarla al área y encontrar un remate perfecto de Laporte. El balón, a la escuadra. Los jugadores, a vestuarios. Y la confianza, a España entera de nuevo.

La fiesta que necesitaban todos

El segundo tiempo fue la fiesta que todos necesitaban. La afición, Luis Enrique y, sobre todo, los jugadores. Quizás faltó la guinda de un gol de Morata, que necesita espantar fantasmas y reencontrar las buenas sensaciones que tuvo este año en la Serie A.

Llegó el tercero en el minuto 56 para España por medio de Sarabia. Una jugada muy de 'la Roja', con Jordi Alba como extremo (a lo Barça con Messi) cediendo al área para la llegada por detrás de Sarabia. De primeras, el del PSG coronaba su gran encuentro y ponía el 0-3 en el marcador.

Con este resultado, los ojos empezaron a voltearse a San Petersburgo. Suecia llegó a ponerse 2-0 ante Polonia, pero conforme caían los goles de la Selección Española llegó el doblete de Lewandowski. El empate dejaba líder a una España que siguió a lo suyo, con la fiesta instaurada en las gradas de La Cartuja.

Entre olés y debuts, como el posterior de Adama en esta Eurocopa, llegó el cuarto tanto de 'la Roja'. Ferran Torres había entrado al campo hacía segundos. No más. Entró, Pedri sacó un córner, Sarabia apuró línea de fondo y asistió para una preciosa espuela del jugador del City. Y no sería el único en vivir eso de entrar y mojar. O casi.

Porque Pau Torres repitió la historia en el minuto 71. Ingresó al césped antes del saque de una falta que acabó en el fondo de la portería. Pero fue finalmente Kucka el que llevó el cabezazo del central, desviado por Dubravka, al fondo de las redes. 0-5 y 'manita' para decir adiós a las dudas, la falta de gol y, por qué no, a los críticos y detractores.

Al final, España consumió el tiempo entre la diversión en la grada y la confianza, que crecía a cada pase que daban cómodamente ante una Eslovaquia quemada. Dos tímidos tiros en la segunda parte son todos los argumentos ofensivos que tuvieron los locales en todo el partido.

Solo el 3-2 de Suecia en el añadido privó de que la fiesta fuese redonda. La Cartuja se vino un poco abajo con el tanto de Claesson, que devolvió a los suyos al liderato y manda a España a verse las caras con Croacia y, en caso de pasar, presumiblemente con Francia.