Messi-Suárez-Dembélé. Ernesto Valverde ya tiene un tridente con el que empezar a hacer soñar al barcelonismo. El argentino y el uruguayo acogerán a un jovencísimo talento francés que llega con un objetivo principal en su cabeza: hacer que la afición deje de echar de menos a Neymar.
El 'adiós' del brasileño fue como una puñalada para un Barcelona que, además de quedarse dolido en su orgullo, perdió a uno de los jugadores con más futuro del mundo. Pero la llegada de Dembélé ha recargado las ilusiones de una plantilla que quiere poner al Barcelona en el lugar que ha ocupado durante la última década: la cima de Europa.
Y, salvando las distancias lógicas, no parece difícil que Ousmane se adapte de manera rápida a la sociedad Messi-Suárez. El ex del Borussia Dortmund es un jugador que no pretende acaparar focos. Tiene desborde, velocidad y descaro, pero más que el gol, siempre suele buscar el último pase.
Alcanzó la veintena de asistencias durante el pasado curso con el equipo alemán, aunque no descuidó su faceta goleadora (10 dianas). Dembélé sabe asociarse, pero también destaca en el juego individual. Por esa parte, su perfil es bastante parecido al de Neymar.
La directiva 'culé' se frota las manos con él. Son conscientes de que 105 millones por un jugador de 20 años es una cantidad muy arriesgada, pero confían en que Dembélé acabe dejando corta esa cantidad que se ha pagado por él. Eso sí, habrá que ver si es capaz de soportar la presión de ser el fichaje más caro de la historia de LaLiga.