Hace unos meses, Fuchs, que estaba cedido en el Maccabi Haifa sin muchos minutos, decidió romper su contrato. El Alavés ya había intentado cortar su préstamo, pero no lo logró, conque todo quedó en una ruptura unilateral de una operación a tres bandas: los dos clubes y el jugador.
Esto le dejó en el limbo. No puede volver a Vitoria porque no tiene la carta de libertad, pero ni siquiera él regresó a España nada más terminar sus participaciones en la Liga de Israel, sino que se fue a Francia. Desde el cuadro español, no tienen claro qué hacer con él.
El diario 'AS' añade a su información que el salario del jugador es de alrededor de 40.000 euros y, su cláusula de rescisión, de 40 millones. Esto dificulta que se pueda encontrar un equipo que satisfaga sus condiciones. ¿La opción que queda? Denunciarle.
Sería la forma más rápida de deshacerse de él. En caso de que la Justicia le diera la razón al Alavés, el club se quitaría de encima un problema de lo más inconveniente en plena crisis del coronavirus. Eso sí, todavía es una idea y la entidad no tiene claro si seguirá adelante con ella.