Pero no hubo manera. El Granada tuvo toda la segunda parte para anotar un gol que le pusiera por delante, pero no fue capaz. Ni todo el valor ni el coraje bastaron para desarbolar a un Athletic muy sólido en defensa.
Con el partido igualado, las alternativas se sucedieron en ambas áreas, aunque ni Ochoa ni Kepa tuvieron excesivo trabajo bajo palos. Fue más un partido de control que de ocasiones de gol.
Sin embargo, Raúl García se encontró en el lugar adecuado en el momento oportuno para abrir el marcador al cuarto de hora de juego.
Un mal despeje de la zaga 'nazarí' lo recogió botando el ex del Atlético para mandarla al fondo de las redes de Ochoa con un buen disparo con rosca ante el que nada pudo hacer el mexicano.
Con el marcador adverso, el Granada se lanzó al ataque y el Athletic se limitó a esperar y salir a la contra. No sufrió en toda la primera mitad el cuadro visitante, de hecho, e incluso estuvo a punto de poner la puntilla a un combativo Granada.
Fue mediada la primera mitad, cuando Aduriz, contra todo pronóstico, cabalgó con un balón en los pies, recortó a Agbo y chutó a puerta, muy centrado aunque fuerte, para que Ochoa la mandara a córner.
Lamentarían los de Valverde no haber anotado, pues en el descuento de la primera parte llegó el tanto del empate del Granada.
Un balón suelto dentro del área de Kepa lo fue a romper Foulquier pero pegó un patadón al aire. Eso descolocó a los defensores, que no se lo esperaban en absoluto, pero al parecer Cancela-González sí, pues allí estaba para batir a Kepa por su palo.
Un gol psicológico que no aprovechó el Granada, pues tras la reanudación el partido volvió al 'status quo' de los primeros quince minutos de juego.
Conforme pasaba el tiempo, el centro del campo de ambos conjuntos se diluyó, y las ocasiones se volvieron más peligrosas, hasta que, ahora sí, el Athletic ajustició a su rival.
Botó un córner el conjunto de Valverde, San José lo cabeceó y Ochoa se lo quitó de encima como pudo. Pero Laporte, que había subido también a rematar, lo empaló en boca de gol, de nuevo imparable para el mexicano.
Quedaba algo menos de un cuarto de hora de partido y Jémez echó el resto. Quitó a Boga y metió a Angban. El Athletic, por contra, volvió a replegarse, y a esperar el fallo.
El fallo fue, sin embargo, que se lesionase Foulquier, lo que dejó al Granada con 10 a falta de casi 10 minutos. Entre la inferioridad y el agotamiento, el Athletic dispuso de un plácido fin de partido.
Sólo se inquietó en el descuento, cuando una falta en tres cuartos de cancha hizo salir de puños a Kepa. No había tiempo para más, y el Granada volvía a conceder una victoria en su feudo.