Su inicio de temporada más titubeante se ha unido a ciertos problemas para desarrollar su juego desde que llegó al City. Todo sumado hace que Pep Guardiola no termine de dar con la tecla.
Y es que desde que llegase a Mánchester, el futbol de toque que siempre ha propuesto el técnico ha sufrido una leve frenada. En Barcelona y Bayern contaba con más de 65% de posesión, ahora no llega al 63%.
Si bien se trata de una diferencia bastante pequeña, evidencia que el estilo de juego de la Premier League ha hecho algo de mella en la usual armonía con la que se mueve el balón en sus equipos.
De hecho, en esta cuarta temporada al frente de los 'citzen' ha regresado a los niveles de control de balón que exhibió en el primer curso, cuando aún trataba de adaptarse al fútbol inglés.
Ya durante el curso pasado el Liverpool fue capaz de plantarle cara en la Premier hasta la última jornada y este año ya van a remolque y tienen que recortar una distancia de ocho puntos.
Todo ello por no hablar del vacío que supone el rendimiento en la Champions League, su gran asignatura pendiente desde que aterrizó en el Etihad. Pasan los meses y el 'tiki taka' se diluye una vez más.