Un problema comienza a asomar por la cabeza de los delanteros del Barcelona. Antes solo era cosa de Luis Suárez, pero a la misma sequía parecen que se han unido Antoine Griezmann y Leo Messi.
Los problemas del uruguayo para anotar fuera de casa son conocidos desde hace tiempo. En concreto desde septiembre de 2015, momento en el que marcó su último gol en Champions fuera del Camp Nou.
En cada choque que los azulgranas encaran fuera, sale a colación el mismo tema. El charrúa, que no tiene el mismo problema en Liga, parace que está atascado en la competición internacional.
Pero es que para su compañero francés Antoine Griezmann es una historia similar. Su último tanto en la lejanía de lo que considera su hogar fue en febrero de 2017, ante el Bayer Leverkusen.
Y el de Messi, un nombre que no suele salir en las estadísticas negativas, también se suma a esta. En noviembre de 2018, ante el PSV, fue su último tanto.
Un partido en el que luego dio la asistencia a Piqué y que supuso el último gol anotado por un jugador 'culé' en Champions fuera del Camp Nou. El otro, en cuartos ante el Manchester United, fue en propia puerta de Luke Shaw.
Pero este Barcelona ha cambiado. No es el que estuvo en Dortmund hace más de un mes. De hecho, su cambio de actitud ha llegado, como no, con la vuelta de Leo Messi a un nivel más propio suyo.
La reacción comenzó a llegar en Liga, donde el buen rendimiento en las últimas jornadas le ha ayudado a alcanzar el liderato y pasar el Real Madrid. Un Barça renacido que quiere borrar fantasmas del pasado.