El delantero del Celta revivió a su equipo el pasado sábado en Vigo. Fue clave para remontar el 0-2 ante el Villarreal con dos goles y pasar de estar a siete puntos de los amarillos a sólo uno.
Durante la charla, Aspas recordó su emotivo momento en el banquiillo tras ser sustituido: "Fueron producto de todo un poco. Orgullo, alegría, rabia por estar tanto tiempo parado, por la situación del equipo y por la presión, no solo la que tenía yo sino de todo el equipo".
"Pero en cuanto acabó el partido dejé de llorar, se acabó la adrenalina, nunca había llorado tanto, ni cuando debuté ni cuando nacieron mis hijos. Le dije a mi hija que lloraba por una pupa, es muy pequeña aún ", agregó esto último en 'El Partidazo de COPE'.
También habló de su futuro, algo sobre lo que no se quiso 'mojar': "Siempre digo que en el fútbol nunca se sabe. Cuando me lesioné aparcamos lo de la renovación por la situación del equipo, es más importante. A final de temporada ya veremos".
"Yo no pienso que nos vamos a Segunda pero llevamos o tres jornadas en descenso. Yo quiero quedarme en primera por muchos años", añadió.
Pero, sin duda, el futuro más inmediato y más esencial para el club es la visita al Huesca. Y así lo saben en la plantilla. "Es una final, hay más presión que cuando jugamos la semifinal de Europa League contra el United. Ahí había ilusión y no teníamos nada que perder".
Por último, dejó un 'guiño' al eterno rival: "Firmo un derbi gallego en Primera, no me gustó que bajara el Deportivo".
1 de abril de 2019