En posiciones de descenso, el Celta recibía al Villarreal con la necesidad de ganar para quedarse a un punto de la salvación, pero todo se puso cuesta arriba con los dos goles del Villarreal.
El que no bajó nunca los brazos y el que empujó al equipo hacia la victoria fue Iago Aspas, que regresó tras estar más de un mes sin jugar por una lesión y lo hizo por todo lo alto.
Primero fue con un auténtico golazo de libre directo y después confirmó la remontada con el tanto de la victoria de penalti. El gallego abrió los brazos, se puso delante de la afición y besó el escudo que más ama.
Aspas fue sustituido después de su enorme e incansable trabajo para meter músculo en el medio y para que recibiera la ovación de todo Balaídos, que se puso de pie para despedir a su príncipe.
En el banquillo, el delantero se rompió. Aspas se tiró llorando más de cinco minutos, se quitó las espinillas al escuchar el pitido final y volvió a derramar lágrimas mientras se llevaba abrazos. Aspas es más de medio Celta.
Vaya imágenes de Iago Aspas. Sentir los colores es esto. Un grande. pic.twitter.com/NthVPnipa4
— Xabier (@xabier_reala) 30 de marzo de 2019