Es lo que tienen los 'cracks', que hacen parecer fácil lo difícil. Leroy Sané recogió casi fuera de banda un balón, y superó uno tras otro a todos los rivales que intentaron arrebatárselo.
Uno, otro, otro más. Tres fintas, tres rivales por los suelos. Encaró el área, y vio la internada de Bernardo Silva. Para él fue el balón, esperando una pared. Se la pidió, pero el luso tenía otros planes.
Encaró a Kolasinac, le quebró y cuando ya llegaba Mkhitaryan a quitarle el balón, le pegó a la escuadra contraria, imparable para Cech. Un golazo para acabar de un plumazo con las ilusión del Arsenal.
1 de marzo de 2018