El fútbol no tiene lógica. Ninguna. Nadie duda de esto, por si tú, lector, todavía tienes esperanzas de matematizar el balompié, acuérdate: 0-2 del Madrid al Inter, 1-2 del Alavés al Madrid y 0-3 del Inter a un Sassuolo que aún no había perdido. No tiene sentido. Y, a la vez, es eso lo que le da todo el sentido a esta locura llamada fútbol.
Más quisiera el Inter haber tenido la garra y la fe del Alavés. Más quisiera Conte haber acertado en el planteamiento como lo hizo Machín. Deberá tenerle envidia Vidal a cualquier jugador 'babazorro' que, sin tener tanto nombre como él, no dejó tirado a su equipo ante el Madrid. En resumen, más quisiera el Inter ser de Vitoria y haber funcionado como este Alavés.
Desde los primeros minutos se vio a un equipo vitoriano valiente y con mucha intención. No cambió Machín nada del once del 2-2 ante el Valencia. Se plantó ante los blancos con dos delanteros, dos puntas que estaban dejando mucho que desear en relación al gol. Quizás menos Lucas Pérez por sus dos goles en los dos últimos partidos. Pero ambos se resarcieron.
En la nueva normalidad del fútbol, pocas veces ya podemos tildar un resultado como sorpresa. Las campanadas ya no son inesperadas. Son avisos a los grandes de que lo clásico puede no funcionar en este nuevo deporte, con calendarios apretados, con un cansancio arrastrado de hace algunos meses.
Por eso, ya a nadie le extrañó que el Alavés se pusiera por delante a los cinco minutos. En una de las seguidas llegadas de los vitorianos en el inicio, el Madrid robó en defensa, pero Marcelo, una de las novedades del once, regaló un córner en un fallido pase atrás.
Lo aprovechó el Alavés, que logró un penalti a favor por una mano de Nacho a remate de Pina. Asumió Lucas Pérez ante un Courtois que repitió sus últimas suertes en los penaltis. Acertó pero no lo paró. Lucas tiró a la izquierda y allí fue el belga, pero algo tarde.
Lejos de ser un espejismo, el Alavés siguió siendo dueño de la pelota y jugando en campo rival. Lucas y Joselu andaban a sus anchas en un hueco demasiado desprotegido entre la defensa y el centro del campo.
Con el paso de los minutos, empezó a aparecer el Madrid. Pisó área con algún centro de Marcelo y, al igual que el Alavés, visitaron más el córner casi que cualquier otra zona del campo. Entre los dos, llegaron a sacar 21 sin demasiada incidencia.
En uno de ellos, Casemiro pidió penalti por un agarrón de Laguardia que no vio Cordero Vega. El colegiado no anduvo nada acertado, con decisiones poco entendibles y alguna jugada que fue reclamada tanto al árbitro como al VAR.
Especialmente protestada fue la caída de Hazard ante Duarte. El belga protagonizó el primer disparo del Madrid a puerta, rechazó Pacheco y la bola volvió al belga. Este amagó ante Duarte y cayó aquejado de un derribo del defensa, pero no le dieron la razón.
La acción le saldría muy cara al Madrid, ya que Hazard acabó saliendo lesionado en el minuto 28. Unas molestias en el muslo le hicieron abandonar el campo y Zidane metió a un Rodrygo con mejor suerte en otras noches.
Antes de la entrada del brasileño, Courtois dio una de cal y una de arena. Estuvo a punto de regalar un balón tras un despeje al centro que no pasó a mayores, pero lo enmendó poco después al salvar un mano a mano ante Lucas Pérez en un contragolpe 'babazorro'.
Seis minutos antes del descanso, un Madrid que no lograba llegar a Pacheco tuvo su mejor ocasión en las botas de Kroos. Y por dos veces. El alemán se topó con una gran reacción del meta con el pie y el rechace lo volvió a perder ante otra buena parada. Mariano estaba solo y no se tomó nada bien la decisión del germano.
Con el hispanodominicano intentándolo de todas las formas posibles y rematando cualquier balón que se asemejase a un centro llegó el final de la primera parte, que acabó con polémica. Cordero Vega y el VAR obviaron un agarrón de Laguardia a Marcelo. Lo cogió del pelo y la teconología pareció ni revisarlo. Pocos lo entendieron.
Regalo de Courtois y más problemas
Comenzó la segunda parte con el Madrid con mejor cara que en la primera. Pero como si fuese un café que se derrama sobre la ropa justo antes de salir, cuando aún estaban intentando creer en la remontada apareció el grosero error de Courtois.
El belga volvió a creer que es mejor de lo que es con los pies. Y ya le ha pasado en más de una ocasión. La última, hace bien poco con Bélgica. Pero se arriesgó de nuevo y de nuevo perdió. Entregó con la zurda un balón franco a Joselu para que, de primeras, el '9' pusiese el 0-2 en el 49'.
No debe ser nada fácil reponerse de algo así. Y el Madrid lo demostró. La reacción que todo 'merengue' tiene en mente en estas situaciones, con el Bernabéu en ebullición y la cuesta abajo hacia la portería contraria, apenas se asomó ya en los últimos minutos.
Dos intentos de Kroos fue el poco bagaje de los de Zidane, quien decidió mover el banquillo y dar entrada a Vinicius. Gracias a este cambio, leerán el nombre de Asensio en esta crónica. No hizo más que salir en el 62'.
Pero lo que estuvo a punto de llegar fue el 0-3. Otro contragolpe del Alavés dejó a Lucas en el área ante Courtois. El belga se quitó algo del mal sabor de boca con una gran mano abajo ante el tiro raso del gallego.
Otro gallego y otro Lucas, Vázquez, fue de lo mejor del Madrid. Llegó una y otra vez por la derecha y, al menos, dejó intención y aproximaciones al área rival. Aunque tampoco sirvió de mucho para los suyos.
Más inercia que realidad
Avanzaban los minutos y los blancos parecían acercarse más por inercia que por convicción. Vinicius lo intentaba junto a Mariano, que tampoco se rindió. Pero de nuevo tuvo el Alavés el tercero, aunque Joselu no anduvo fino y acabó otro buen contraataque con un disparo desviado desde fuera del área.
Cordero Vega y el VAR comenzaron a mosquear también al Alavés. Rioja cayó en el área ante Casemiro, que parecía barrer al visitante con la rodilla en el área aunque intentó evitarlo al encoger las piernas.
Zidane se la jugó y mandó al campo a tres efectivos de una vez. Isco, Odegaard y Mendy reemplazaron a Modric, Kroos y Marcelo. Poco después pudo marcar Rodrygo, que apenas dejó esta ocasión y poco mñas, pero su balón se marchó demasiado cruzado.
El show arbitral tuvo su culmen en el 81'. Cordero Vega pitó penalti para el Madrid. Pero lo que había pasado era que Casemiro le dio con la mano en su remate. Y además, estaba en fuera de juego. Fue la guinda de una actuación que a nadie convenció.
En el 86', llegó el gol de la esperanza efímera para el Madrid. Casemiro remachó un balón suelto de Pacheco tras remate de Vinicius. Puso el 1-2 a un metro de la línea y dio alas a un pájaro que apenas pudo volar.
Se volcó el Madrid en la recta final y, en la última jugada, el aleteo no llegó a ser una remontada del vuelo y el pájaro blanco acabó en el suelo. Isco mandó un buen derechazo desde la frontal al larguero y el final llegó con las manos de todo el madridismo en la cabeza.