No hubo que lamentar daños personales, pero pudo haber ocurrido algo grave. El fuerte viento terminó por arrancar una placa de uralita de la cubierta del estadio de la UE Sant Andreu, un trozo que cayó al campo en el transcurso de un partido que disputaba el equipo juvenil.
El partido fue suspendido de inmediato, así como el resto de encuentros programados para el día de hoy en ese campo.
La suspensión del Celta-Real Madrid fue polémica, y se llegó a presionar para que se jugase con parte de la grada cerrada o incluso a puerta cerrada.
Pero no sólo la integridad de los espectadores está en juego. La cubierta de uralita no cayó en la grada, cayó en el campo, poniendo en peligro a los futbolistas. Un riesgo que parece que nadie tuvo en cuenta a la hora de presionar para jugar el partido.