Sergio Ramos entrenará con una máscara que le protegerá el tabique nasal. Está fabricada con la alta tecnología y con los mismos materiales que se emplean en los chasis monoplazas de Fórmula 1 y en la industria aeronáutica.
El central no pasará por el quirófano y dependerá de cómo se encuentre para valorar una fecha de vuelta al equipo. Si todo va como espera, podría reaparecer ante el Málaga este mismo sábado, pero lo más probable es que lo haga en San Mamés, el día 2 de diciembre.
La máscara de Ramos pesa tan sólo 65 gramos y tiene un forro interior acolchado que le proporcionará amortiguación y flexibilidad. Está hecha con fibra de carbono de alto módulo, un material 10 veces más resistente que el acero.
Se adapta perfectamente a su cara mediante tecnología de escaneo y diseño 3D. Le tomaron las medidas el lunes, pero lo más probable es que cuando le baje la inflamación se le tomen nuevas medidas para una nueva reproducción facial en 3D y hacerle una segunda protección.
El defensa blanco no es el primero en usar este tipo de máscara. Mandzukic ya lo hizo en 2014 cuando jugaba en el Atlético y curiosamente fue por un golpe que le dio el mismo Ramos. El croata eligió el diseño final: pidió que fuese negra, que llevase el escudo de su club en el centro y que el interior fuese rojiblanco. Ahora, el capitán madridista ya ha decidido cómo será la suya.