Era un momento para dar la cara y transmitir calma y eso intentó hacer Ramos al finalizar el choque. Algo más relajado tras el paso por la ducha, el camero dejó entrever que había hablado con Florentino Pérez o lo hará tras la derrota contra el Levante.
"A mí, si me piden opinión, la doy, pero no creo que una opinión mía pueda influir en una decisión tan importante como la continuidad del entrenador", comentó ante los medios de comunicación reunidos ante él.
"Yo no mando aquí. Mando en mi casa y bueno... cuando me deja mi mujer", dijo entre bromas para intentar rebajar el tono luego.
Ramos intentó echar un cable al entrenador blanco, que quedó muy señalado tras la tercera derrota consecutiva, quinta de la temporada. "Lopetegui es una persona muy motivadora, convence, y hay que creer. Él es el primero que cree. Necesitamos unidad", insistió con su mensaje.
Más enfadado
Sí se mostró menos conciliador al hablar del actual momento que atraviesa la entidad: "Es una racha muy mala que el Madrid no se puede permitir. Sin puntuar de tres en tres, el equipo se deja el alma, pero en otras época teníamos más suerte.
Mostró su lado más molesto cuando se habló de problemas en la confección del equipo, especialmente en lo referente a las labores ofensivas.
"Es la que se planificó al principio. Creo que ahora sería ventajista. Es normal que salgan del sótano después de tantos años de éxitos, es normal la crítica. Pero hay que acabar con la mala racha. Tenemos que hacer autocrítica, todos podemos hacerlo mejor", deslizó de manera vehemente.
Ahora, a juicio de Sergio Ramos, toca cerrar filas y evitar críticas personalizadas: "Los errores individuales nos han condenado, pero no hay que señalar a nadie. La única manera de darle la vuelta es estar unidos".
20 de octubre de 2018